lunes, 16 de agosto de 2010

Pero sois sordos a nuestros avisos y no queréis saber nada de las cosas celestiales, y vivís holgadamente, enfangados en vuestras miserias




Pero sois sordos a nuestros avisos

Oís de nuevo a Satanás como lo escuchó Eva disfrazado de serpiente. Ahora Satanás se disfraza de criterios
mundanos, bienestar y deseos terrenales

La humanidad pervertida y perdida no quiere saber nada de Mis cosas, Yo, Espíritu Santo, te hablo.

Tú invocas para que Yo Me comunique a través de estos escritos a la humanidad pervertida y perdida, pero esta
humanidad no quiere saber nada con Su Creador, con Su Redentor, con Su Santificador, y con Su Santísima Madre, la
Inmaculada Concepción.

Hija de Dios, el empeño del Cielo por dar a las almas alimento verdadero para que crezcan, para que renazcan, para
que no mueran en el fango de sus pecados, es un empeño lleno de amor y de bondad, y sobre todo, lleno de
misericordia, porque avisamos de lo que puede sucederle a un alma que no viva en estado de gracia.

Pero sois sordos a nuestros avisos y no queréis saber nada de las cosas celestiales, y vivís holgadamente,
enfangados en vuestras miserias, y estáis tan acostumbrados al hedor de las mismas, que ya como dijo San Pablo no
podéis soportar la sana doctrina, y tildáis de ñoñerias y cursilerías y hasta de exageraciones, los avisos del
Cielo, de los rectos sacerdotes, del Evangelio y demás. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Quien vive en una situación de pecado un día y otro, y otro, terminará muriendo conforme vive, porque no quiere
hacer caso a su conciencia y a cuantos avisos recibe de una forma o de otra. ¿Cómo se puede ser tan insensato?
Aunque la misma Virgen se apareciera en cada hogar avisándoos y pidiéndoos un cambio de vida muchos no harían
caso, porque están dejando para el final su conversión, sin considerar, que cantidad de gente muere
repentinamente por infartos, accidentes y otros. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

El amor de la Santísima Trinidad y de María Santísima, no tiene límites para salvar a un alma de la
condenación eterna. Para vosotros insensatos, tampoco hay límites en creeros más listos e inteligentes que el
Cielo, y sin embargo, camináis por las sendas que son las de la perdición.

Oís de nuevo a Satanás como lo escuchó Eva disfrazado de serpiente. Ahora Satanás se disfraza de criterios
mundanos, de bienestar, de deseos materiales y terrenales, pero sois tan necios como fue Eva, que creyó más a la
serpiente que a Dios Mismo. Ved como nació el Salvador, el Ser más grande que jamás existió ni existirá, en un
pesebre, ausente de comodidades y bienestar, pero vosotros no queréis las cosas celestiales porque no queréis
dejar vuestra vida de holganza y vivir más austeramente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Quien tenga oídos para
oír que oiga y se aplique lo que recibe y lee.

AUTOR DEL MENSAJE: ESPIRITU SANTO

FUENTE: http://dadmedebeber.blogspot.com/

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