Mensaje via L.,
V+J9:45 A.M.- - - 12 de enero de 2010
L. empezó a recibir las palabras de Dios el Padre y dijo: "Jesús, por favor, cúbreme con tu Preciosísima
Sangre." (Y otras oraciones distintas de prueba a los espíritus) ..
Su Dios le habló: "Habrá terremotos, tsunamis, ciclones, fuertes lluvias de gran alcance, deslizamientos de
tierra, tormentas de nieve, avalanchas, inundaciones, tormentas eléctricas, huracanes, derretimiento de los
témpanos, todas las vías navegables se inundarán, las represas se romperán, tormentas de hielo, granizo,
alimentos envenenados, drogas mortales--todo esto y más porque Me han rechazado. ¡Sus pecados son como escarlata!
Todo será muy pronto porque la tierra va a estar--Está--deslizándose fuera de sus ejes. Calor mortal y frío
congelado se producirá .
¡HE HABLADO. AMEN!!”
Nota:
Este mensaje fue dado a L. a las 9:45 A.M. y el terremoto de 7,0 ó 7,6 grados de Haití ocurrió a las 4:53 pm
(EST) Es muy triste decir que la profecía se convirtió en realidad muy rápidamente. Tan triste ver lo que está
sucediendo allí, pero un hombre rescató a su mujer que fue enterrada .. (no he escuchado todos los detalles)
Tengan en cuenta que la primera advertencia de Dios el Padre está en sismos .. En el último par de horas,
California ha tenido otro terremoto en la costa, cerca de Eureka .. Tenemos que seguir orando por ellos también
.., así como para todos los de desastres en el futuro en todas partes. Debemos recordar
Amós 3:7-8
7. En realidad, el Señor Yavé no hace nada sin comunicárselo antes a sus servidores, los profetas.
8. Así como nadie queda impertérrito al oír el rugido del león, así tampoco se negará nadie a profetizar
cuando escucha lo que le habla el Señor.
AUTOR DEL MENSAJE: JESUS
FUENTE:http://wwwglocol.blogspot.com/2010/01/2-mensajes-louise-12-de-enero-de-2010.html
CATASTROFE
La tragedia ocurrida en Haití lamentablemente nos recuerda que grandes sufrimientos les esperan a los pobladores
de la tierra, tal y como lo ha venido repitiendo la Santísima Virgen. En efecto, la catástrofe del terremoto es
de dimensiones insospechadas. Decenas de miles de muertos arrojan las primeras estimaciones sin precisar realmente
el incalculable número de fallecidos, así como los casi 3 millones de damnificados. Pero no sería extraño
hablar de más de 200,000 mil muertos y otros tantos heridos.
En el país más pobre de América se estima que 7 de cada 10 construcciones se vinieron al suelo. Todo se cayó:
escuelas, hospitales, supermercados, oficinas de servicios públicos, incluido el Palacio de Gobierno y la
Catedral, donde murió lamentablemente el Arzobispo de Puerto Príncipe. La visión dantesca no puede ser peor: los
cadáveres llevan casi 72 horas y están tirados por todas las calles sin que puedan ser recogidos y menos
enterrados, sin contar a los muertos que están aún bajo los escombros y seguramente no menos de cientos o miles
de vivos que esperan ayuda para ser rescatados, que difícilmente llega pues no hay servicios administrativos, ni
de gobierno, ni de orden, ni combustible, ni policías, ni rescatistas ni apoyo de ninguna especie para hacer
llegar esa ayuda tanto humana como de primeros auxilios, alimentos, ropa y servicios de necesidades básicas en un
lugar donde no hay electricidad, ni teléfono, ni agua.
Virtualmente es el fin de Haití como nación y entidad política, pues se requerirá un apoyo multimillonario para
renacer de sus cenizas. Queda de manifiesto el dolor y la fragilidad humana ante los desastres naturales, mismos
que desafortunadamente, como cumplimiento de las profecías, seguirán en aumento en intensidad y frecuencia pues
la mano de Dios pegará con fuerza a uno y otro lado del Atlántico, ante una humanidad que se empeña en vivir en
contra de la Ley de Dios. Y esta es la razón profunda de tanto sufrimiento y de tan gran magnitud: el hombre debe
convertirse y volver a Dios.
Es necesario y mandatorio rezar el santo rosario por la paz del mundo y para que Nuestro Señor calme la
naturaleza, “pues sucederá que sobre la tierra vendrán grandes desastres y calamidades que traerán
desolación. La tierra se convertirá en un lugar difícil y peligroso para la vida…” Así pues, la naturaleza
continuará rebelándose contra la humanidad: tormentas, temblores, terremotos, tsunamis, astrales, inundaciones,
volcanes y fuego. Sólo el desagravio y el amor al Padre, Hijo y Espíritu Santo y a la Santísima Virgen serán la
salvación de la humanidad. Cada día será mayor el peligro y la destrucción. El odio, la venganza y la vida
consagrada a lo material y los vicios traerán más matanzas; los seres humanos se matarán unos a otros entre sí,
pues falta virtud.
Por tanto, recomendamos que todos los días se suplique a la Madre de Dios su protección y la de todo el séquito
divino. Son tiempos extremadamente graves y peligrosos para la vida y para la fe.
FUENTE:http://www.apocalipsismariano.com/
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