domingo, 22 de agosto de 2010

MENSAJE FINAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (31/DIC/04) VIDENTE: JULIAN SOTO AYALA MEXICO




Mensaje final de Nuestro Señor Jesucristo

31 de Dic. 2004

Vidente: Julián Soto Ayala, México









Esto dice el Rey de todas las naciones:


Sentado en mi trono, observo la conducta de los hombres. Hacen cosas despreciables y se sienten satisfechos y felices.


No saben que mi día ha llegado. El fuego y la espada (la guerra) caerá sobre las naciones culpables. Usaré a las naciones del Oriente para despertarlas de su letargo, con ruído y amenaza, estruendo y llanto, humo y pólvora.


Un gobierno se enseñoreará de otro y una nación levantará pleito contra otra.

iÓh, Territorio (de Gaza)! Fuente de conflictos, no recordarás las hazañas de tus héroes anónimos. Las naciones sin Dios, os pueblos paganos, que siguen sus bárbaras costumbres recibirán corrección a fin de que se conviertan a Mí. Si no se convierten con los avisos del cielo y con la corrección de mi brazo,caerán para siempre y su descendencia mortal tendrá fin; donde estuvieron fundadas serán cubiertas de algas, de animales marinos y corrientes turbulentas. La escoria de su pasado se purificará con la prueba, pues yo llamé y nadie contestó. Hablé y nadie se dignó escucharme. Fui ignorado por ustedes, pues amenacé, advertí y dí a conocer mi decreto.

Te vi ióh Africa! Con ojos de bondad, y te envié misioneros y visionarios. Las purgas étnicas serán tu alimento, y la amargura tocará tus entrañas, pues te fuiste tras los ídolos sin ver a quien te tendía su mano.

Como en todos los lugares me reservé un pueblo pequeño, un puñado de hombres y mujeres que inocentemente aceptaron el mensaje del Evangelio.

La epidemia cubrirá tus selvas y se contarán por miles los que quedarán tirados en los caminos angostos y finalmente en la fosa común. Mis escogidos irán al norte y les abriremos senda, donde los resguardará mi mano, pues en todo, trataron de ser agradables a Mí.



Cuando en los cerros altos, danzen freneticamente, con cultos idolátricos abborrecibles, abriré la tierra para que ésta los devore; y si esto no es suficiente haré venir a las naciones lejanas, cuyos reyes se repartirán las pocas riquezas que queden, y se lavarán las manos, culpando a otros paises de sus crímenes; de esa maniera tratarán de tener su conciencia tranquila.



Hijos míos, Satanás se paseará orgulloso por las naciones desvastadas y estará feliz de oír quejas y lamentos en contra de Dios y sus profetas. Cobrará tributos y someterá a todos a sus deseos egoístas.



En Oceanía, los templos dedicados a los ídolos servirán como refugio a damnificados, sobrevivientes de catástrofes naturales. El hambre será el principal flagelo. Sin embargo allí también estará mi resto, mis escogidos, los que aceptaron mi palabra ; ellos irán al sur, mirarán mi cruz y será para ellos ocmo la estrella de Belém.

Caos y desorden mundial


Hijo mío: Muy próximo está un tiempo de caos y desorden mundial. La confusión imperara en el mundo como algo permitido por mi Padre, para enseñar a la humanidad que lejos de Él y su ley (los 10 Mandamientos) solo habrá oscuridad espiritual.




El hombre fue creado para amar, pero el odio y el egoismo han empañado su imagen. Dentro del caos, el hombre se sentirá solo, no encontrará nada que llene su escencia, se buscará maestros falsos e inventará doctrinas horribles en contra de los sacramentos; su desconfianza lo llevará a refugiarse dentro de sí mismo, y no reconocerá ninguna ley más que su propio y ciego albedrío; no sabrá distinguir lo bueno y lo malo, pues su conciencia adormecida por el pecado no le reprochará las cosas horribles en las que se verá envuelto. La tierra no le producirá alimento y hasta la lluvia del cielo se negará a caer en los lugares que pisa.



Dentro de este tiempo, se proclamará un ecumenismo falso, cuyo propósito será: confermar una religión mundial con un humanismo extremo pero sin Dios.



Ajeno a todo tipo de doctrina, sin compromisos, sin sacrificios, sin sacramentos, sin iglesia, sin papa. Su lema será:







“La religión somos todos y todos somos Dios”





Este tipo de ecumenismo será aceptado por la mayoría de los jefes de las naciones más poderosas: los países pobres, sin economía, no tendrán ni voz ni voto.



Este falso ecumenismo dará libertad a la “Iglesia” de Satanás, para difundir su “Biblia” y “Doctrina” de demonios.



Quienes se opongan a todo esto, serán perseguidos, amenazados unos, otros sacrificados; habrá mucha sangre inocente derramada.


El poder del mundo será entregado por el mismo Satanás a sólo unos cuantos. Él será entonces líder, su poderío sera inmenso y se creerá dueño del mundo. La confusión total será cuando ya no haya otra opción.







II

La naturaleza entera protestará por todo esto alzando sus olas y arrasando los palacios y lugares de perversión. Muchos volcanes dormidos despertarán; el granizo enorme, la gran helada y enfermedades incurables para la ciencia medica surgirán entonces.



Pero i alégrate, pequeño rebaño de mi predilección! Pues me he escogido un puñado de valientes que no inclinarán la cabeza ni doblarán la rodilla, ante aquel que desea ser adorado. Estos Apóstoles de los Últimos Tiempos llevan el sello de la cruz en la frente y en su corazón, la fuerza de mi espíritu para derribar fortalezas y derrotar ejércitos. Yo los reuniré y se conocerán unos a otros, pues su característica principal será: un gran amor a mi Madre.




Habrá pequeñas pero ardorosas comunidades de reparación, en alianza santa con los sagrados corazones guiados por el Arcángel San Miguel, se enfrentarán a legiones verdaderas de espíritus impuros. Estos grupos vivirán ocultos a la mirada del mundo, en las montañas altas, en los valles y lugares de preservación.


Habrá entre ellos profetas y videntes que guiarán con sabiduría al pueblo santo. Pues habrá un tiempo y muy próximo está, en el cual no habrá sacerdotes santos y legítimos.


Cuando el caos y la confusión reinen en muchas partes, aparecerá mi Cruz Gloriosa, el arma que más teme Satanás, pues en ella fue vencida la muerte y ganada la vida. Hoy terminan los auténticos mensajes.


Profetas y videntes guardarán silencio por orden mía, según el tiempo que les fue concedido a cada uno para profetizar y anunciar los acontecimientos según el don recibido. Observen los acontecimientos, pues a partir de hoy cada cosa anunciada tendrá cumplimiento. El silencio del cielo envuelve a la humanidad. Se acerca la gran hora de la misericordia.


El cielo se teñirá de rojo y recordarán al ver la proximidad del castigo mis lágrimas y mi sangre. i Oh, hijos míos! Entonces vengan a refugiarse con confianza en los aposentos sagrados de los dos Corazones. No hay refugio más tierno y seguro que mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de mi Santísima Madre.


Después de la señal gloriosa en el cielo, la estrella “Mara” golpeará la tierra y sus residuos caerán al mar. Contaminarán el aire y agua, y el cielo parecerá presa de un gran incendio. Un ruído enorme se oirá entonces permanentemente mientras los montes y las colinas se moverán y las islas desaparecerán. Las placas liberarán energia y el universo será reformado. Muchos países desaparecerán, unos por completo, otros en forma parcial.


El agua del mar se volcará sobre el desierto, pero en mi gran misericordia preservaré las casas y lugares de reparación. Los que fueron fieles serán milagrosamente protejidos. Yo entonces tomaré posesión del reino de la tierra. Una era grande y hermosa de paz vendrá sobre el mundo, y ya no se levantarán más nación contra nación. No se alistarán más para la guerra, pues convertiré la tierra en un vergel. Y los aposentos divinos de los Sagrados corazones tendrán su reino de paz y amor.


Sanearé con mi poder las aguas y el aire contaminado donde vivirán mis pequeños rebaños. Mis amados hijos fieles que no se dejaron vencer en las tribulaciones ni en las persecuciones; el manto y la sonrisa de mi Madre bendita los abrigará amorosos. Hijos míos: No hay nada más que agregar. Todo lo hemos anunciado con tiempo, de una y mil maneras. Vivan pues como hijos muy amados de los Sagrados Ccorazones.



Purifíquense de sus pecados confesandose sinceramente uno por uno ante el sacerdote. Abandonen pues toda clase de pecado mortal y no corran a adorar a los ídolos. Vivan con la confianza total en mí, en abandono a mi voluntad, a la providencia de mi Padre...


Hay una promesa para ustedes, una promesa firmada con mi sangre, un cielo nuevo y una nueva tierra. La justicia divina trae en sí misma esa herencia, esa promesa.


Yo levantaré mi Iglesia, con pastores santos que hablaron y enseñaron con mi sabiduría. En la hora de la justicia, serán sanados los corazones heridos. Llegó la hora de la boda del Cordero con su Iglesia, con su pueblo fiel y piadoso. Mi justicia llenará de conocimiento a la tierra entera, mi justicia es el acto máximo de mi misericordia para aquellos que verdaderamente me aman y guardan mi palabra.



En la hora de mi justicia quitaré el sueño de vuestros ojos para que velen atentos en oración, agradeciendo a Dios en todo momento el amanecer de un nuevo día de vida. Se acerca la prueba máxima de mi amor por la humanidad, uniré a los que son míos con el más sublime amor de mi corazón.


Serán interminables las horas de dicha y alegría para los corazones abiertos a mi amor. Florecerán las pequeñas comunidades ante mi justicia, pues serán un testimonio de amor para el mundo. En trabajo y oración verán venir la luz que iluminará el cielo, mi cruz, hijos míos: Mi Cruz Gloriosa será la señal.



En tanto los perversos y herejes temblarán de espanto, pues les fue dicho por sus falsos profetas y videntes que no habría ningun castigo por sus crímenes, i oh, desdichados...!


Vuélvanse a mí antes de que sea demasiado tarde, pues mientras comen y duermen, mi justicia trabaja en el mundo. Yo soy el amor de los amores, prueben la bondad de mi corazón y yo los levantaré de su ruina moral y espiritual. Vengan a mí antes que la desgracia toque a sus puertas, vengan a mí, pues yo soy la paz verdadera, yo soy el pan y la vida; aliméntense de mi palabra y mi carne. Yo soy la luz para el mundo, i oh, mis hijos amados! Vengan a mí y yo les quitaré sus cargas y enfermedades, miren mis brazos extendidos en la cruz. Fui vencido por la pasión, por el amor a la humanidad.

Se acerca el impostor, no lo escuchen. Intentará marcarlos como de su propiedad, no se sometan a él ni a sus servidores. La naturaleza entera se manifiestará en señales inequívocas de que algo tremendamente fuerte se acerca.


Se aproxima el fin de los tiempos. Mis escogidos ya se preparan con los pedimentos del cielo. Deseo vivamente esos lugares de resguardo, mis pequeñas células vivas de oración, verdaderamente es úrgente, ya no hay más plazo. Renuncien al mundo y a las bajas pasiones, los lugares de preservación ya están reservados.




Dejen de dormir. Dejen el egoismo y pónganse en marcha; ya no desperdicien vanamente el tiempo en cosas del mundo, pues el mundo pasará a la historia con sus vanidades y lujurias. i Vivan en los lugares de refugio con santidad y decoro! Como mi más pequeño selecto rebaño de predilección. i Vamos! Yo Jesús les dirijo: Mi palabra que es vida y verdad.


Vive mi padre en el acontecer de los tiempos finales. Él da la lluvia a su tiempo donde se necesita. Da una orden a las nubes, y el aire las empuja donde Él quiere que se haga su voluntad, el trueno de su justicia y su rayo purificador va según su orden. Él le da estabilidad al mar y a los montes y hace surgir la hierba y los árboles de los campos...




Los animales se aparean ante su vista, las fieras salvajes están bajo su divino poder, inspira a los profetas y les ordena ir donde hace falta su palabra. Esto, el hombre necio y rebelde, no lo reconoce; retira su mano poderosa donde la idolatría y la inmoralidad sentaron sus reales. Del agua hace nacer la vida de los peces y de toda clase de animales marítimos; la naturaleza toda sigue su ritmo a su vista y en su presencia; ruge el volcán arojando lava, fuego, humo y ceniza.



Yo, Verbo Eterno encarnado, vivo con mi Padre en las alturas. Haremos del mundo convertido en ceniza un vergel donde no había vida. Haremos del mundo un paraíso reformado con la gracia del supremo amor. Entonces, no se inquieten ni tengan miedo, no pierdan la paz y el buen juicio, pues es necesario pasar por el fuego de la purificación, como pasé yo del Getsemaní, al sufrimiento que me alcanzó la salvación de sus almas. Pues mi Padre así lo dispuso; así, como pasé del dolor de la cruz a la alegría de la resurrección, así pasará la humanidad en el triunfo y reinado de los Sagrados Corazones. Satanás será atado junto con sus servidores y terminará su supuesto dominio.







¿Quiéren saber lo que significa la justicia divina, la santa colera, el enojo divino?



Significa: El último esfuerzo para convertir pecadores, todo tipo de catástrofes es para mostrar su poder, pues en el tiempo del reino no podrán habitar los malvados junto con los justos. La tierra entera será bendecida para que habiten los justos; se hará justicia a los débiles, a los pobres y oprimidos; los desamparados poseerán los bienes, y todos durante el reinado tendrán un solo corazón, una sola alma, un solo pensamiento. La purificación los hará puros, pues esperen entonces con ansia este momento.







Los insectos dañinos y las plantas venenosas serán exterminados, la pradera se cubrirá de rocio y de flores. Habrá un nuevo sol. En las comunidades religiosas de vida santa se oirá solo una acción de gracias y bendiciones. Las doncellas vírgenes danzarán al son de instrumentos musicales.







... Ustedes vivirán el mañana sin temor, ningun hombre quitará la vida a otro, ni codiciará su mujer o sus bienes; las enfermedades mortales ya no serán más; nadie tendrá guardada un arma para defenderse; un sentimiento de amor santo se apoderará de toda la faz de la tierra. He aquí, mi pequeño, que escribes el último mensaje según el tiempo y el don que te concedí, y mi mandato es que lo des a conocer, pues es el gran tiempo de la esperanza: Mira: escribe sin descanso, pues todavía aún es tiempo.







Cuidate de los que juzgan mal el proyecto de comunidades de fe, haz todo lo que yo te he explicado, no desobedezcas mis órdenes. Ahora soplo sobre ti mi espíritu que te guiará. Esto que fue una carga dolorosa para tí, lo cumpliste con alegría, sin quejarte ante mí de los menosprecios y humillaciones: Llevaste mi yugo en medio de la incomprensión y la soledad; nunca te dejé solo. Cuando tu llorabas ante mí, yo mismo recogía con mi mano tus lágrimas.







Pero mira: Llegó el momento de resumir todos nuestros mensajes. Yo no permití que tu vieras medios y bienes para darlos a conocer. Fui Yo, solo Yo quien te inspiraba a bajar la vista y guardar silencio. Yo, Jesús estaba viendo tu comportamiento, Yo no permití que tuvieras estudios, es más, te salvé de miles de tentaciones; mi gracia hacía eso en tí; mi gracia no te la quito, porque ahora pasarás de la palabra al testimonio. Fui Yo, Jesús quien no permitió que tuvieras un director espiritual cualificado, Yo te salvé de la muerte y te protegí de tus enemigos.



Fui Yo, Jesús quién permitió tus caídas y tus errores; tu te diste cuenta que sin comer mi cuerpo y beber mi sangre hubieras sido triturado por mi enemigo. Demuestra pues con valor que estoy contigo siempre, aunque ya no haya mensajes que dar a conocer. Permití, que la depresión y la tristeza te dominaran por un tiempo; fui Yo quien te hizo venir a mi presencia sacramentada reconociendo tus errores; fui Yo quien sanaba a los enfermos y los liberaba imponiéndolos tus manos.




Da, Hijo mío,

el Aviso a las naciones europeas,

pues sus crímenes llegan al cielo. Un rumor llega a mis oídos: de allí nació el imperio del mal, que como gangrena maligna laceró mi Iglesia con doctrinas y mandatos de hombres. Muchas de las ciudades principales, orgullo de sus crímenes, serán quemadas por el fuego del cielo.







Solo serán respetados los reducidos espacios donde puso sus pies mi bendita Madre, y los lugares donde se establezcan las comunidades de preservación, de alianza profética, de comunidad de profetas: los lugares donde el ejército católico de resistencia haya establecido los Apóstoles de los Últimos Tiempos y las casas de reparación. Ustedes, queridos hijos ya saben como protegerse: El objetivo primordial de este mensaje es urgente: preparense para las cosas que sacudirán al mundo.







A Tí, América,



te digo: Tus idolatrías y desórdenes sexuales yo los veo a diario. Tus crímenes también están ante mí; la sangre de obispos y sacerdotes clama a mí, por tus obras te juzgo, y la plaga, la epidemia y la miseria reinarán en muchas naciones.


Los de Oriente se lanzarán contra tí para devorarte, como lo hace una fiera con su presa. Pues perseguiste con saña a mis profetas a los que yo mandé, por eso tendrás como premio la violencia y el terror: No se apartarán de las plazas de las ciudades principales. Las bombas enemigas tocarán tu orgullo, y tu cielo se llenará de luto.


Así como cayeron las torres, caerán tus imponentes rascacielos. El terrorismo será la peor plaga, más peligrosa que los roedores hambrientos. Los fanáticos gritarán por tus calles y recordarás con añoranza a aquellos que yo envié con mis mensajes y ya no están. Tus templos estarán contaminados y te invadirán religiones anticristianas.



Las epidemias azotarán los pueblos. Habrá motines y revueltas... En fin, recibirás tu premio; sin embargo, mi pequeño rebaño será tu tabla de salvación: entre tanto hedor de putrefacción, serán flores aromáticas.


Tus brujos y adivinos, magos, hechiceros y charlatanes nada podrán contra ellos, los que con tiempo se prepararon para cumplir lo que mi Santa Madre y Yo con insistencia pedíamos.







Tus costas serán cubiertas por agua y se partirán los lugares en la tierra donde obró continuamente el mal. Grandes grietas se abrirán y brotará de ellas agua; tronarán los volcanes, pero mi pequeño rebaño de escogidos serán milagrosamente protegidos.







Llegó el momento, hijo mío, mi pequeño: Recuerda siempre al mundo mi promesa. Ahora te abrazo y te bendigo, yo sigo contigo...







(Vidente) “Yo, sentía infinita tristeza, como un niño huérfano con hambre, con frío y con soledad. Cuando Jesús me abrazó, yo toqué su corazón y mis manos se llenaron de luz, él se ha despedido. Yo lo vi muy triste, lo vi llorar, i oh, yo también quiero llorar! Me dejarán solo por un tiempo, no tengo consuelo, le pido a Jesús que me lleve con él y él me dice: Hijo: Tu misión no termina, apenas empieza.”




FUENTE:


Discípulos de los Apóstoles de los Últimos Tiempos

Secretaría general en España

http://www.etika.com/0t/0t58.htm

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