Dios Padre: Promesa de Inmunidad para aquellos que rechazan a Jesús
Domingo, 11 de diciembre del 2011, a las 15:30 hrs.
Mi preciosa hija, gracias por responder a esta importante llamada del Reino Celestial, cuando te pedí que aceptaras la unión mística con Mi Precioso Hijo Jesucristo.
Estoy presente en Mi Hijo Jesús como El lo está en Mí, unidos con el amor del Espíritu Santo. Tu alma, por lo tanto, está ahora entrelazada con la Mía y todo será mucho más claro para ti.
Hija Mía, estás siendo moldeada en la creatura que tanto deseo, para que así, tú seas digna en tu totalidad, para esta Divina misión. Lágrimas de intervención Divina fueron dadas a ti, para que así pudieras reconocer instantáneamente, esta nueva e inesperada llamada. Ahora que has vertido tus lágrimas, no habrá más llanto, porque solo la felicidad reinará en tu alma, de ahora en adelante.
Hija Mía, Me entristece que nadie Me reconozca más en el mundo. Muchos Me han olvidado completamente. No significo nada para muchos de Mis hijos.
Debes ayudarme, hija Mía, cuando Yo manifieste Mi presencia, para que así, Yo sea reconocido a través de la oración.
Por favor reza para que la Humanidad entera, acepte el don de una Nueva Vida, que ahora será dada a ellos, por Mi Amado Hijo Jesucristo.
Nadie verdaderamente, entiende Mi preocupación por aquellas almas que Me rechazan o rechazan la existencia del Salvador, que envié al mundo.
Estas pobres almas, tan llenas de explicaciones lógicas, acostumbradas a rechazar arrogantemente Mi existencia, están perdidas para Mí, en este momento. Su única salvación (como muchos rechazarán la oferta de la Divina Misericordia durante el GRAN AVISO) será a través de la oración de aquellos hijos que aman al Padre.
Muchos que no Me aceptan, todavía conocen poco de Mí. Soy un Dios de amor Paternal, un Padre Celestial, que cuido a cada uno de Mis hijos. El fuerte, el débil, el enfermo, el bueno y el perverso. Nadie es excluido de Mi infinito amor, no importa cuán negra sea su alma.
Les urjo, hijos, a rezarme a Mí en el Nombre de Mi Hijo, en reparación por todos los pecados de la Humanidad.
Mi Hijo envolverá a la Humanidad entera ahora y cuando la Iluminación de las Conciencias haya pasado, sus oraciones serán verdaderamente necesarias en esta etapa. Sus oraciones, hijos, ayudarán a salvar a aquellas personas, que desafiantemente continúan rechazando la misericordia que Mi Hijo les mostrará.
Mi promesa solemne, hijos, es que todos aquellos de ustedes que Me invoquen a favor de Mi Amado Hijo Jesucristo, para salvar a sus hermanos y hermanas, que se les garantizará inmunidad inmediata. Gracias especiales les serán dadas a cada uno de ustedes, que prometa todo un mes de oración por las almas de ellos. Aquí está lo que les pido que digan:
“Oh Padre Celestial, por el amor de Tu amado Hijo Jesucristo, cuya pasión en la cruz, nos salvó del pecado, por favor salva a todos aquellos que todavía rechazan Su mano isericordiosa. Inunda sus almas, querido Padre, con Tu prenda de amor. Te suplico con Tu Padre Celestial, que escuches Mis oraciones y salves estas almas de la eterna condenación. A través de Tu Misericordia, permíteles ser los primeros en entrar a la Nueva Era de Paz en la Tierra. Amén.”
Su Padre Celestial, Dios Altísimo
Domingo, 11 de diciembre del 2011, a las 15:30 hrs.
Mi preciosa hija, gracias por responder a esta importante llamada del Reino Celestial, cuando te pedí que aceptaras la unión mística con Mi Precioso Hijo Jesucristo.
Estoy presente en Mi Hijo Jesús como El lo está en Mí, unidos con el amor del Espíritu Santo. Tu alma, por lo tanto, está ahora entrelazada con la Mía y todo será mucho más claro para ti.
Hija Mía, estás siendo moldeada en la creatura que tanto deseo, para que así, tú seas digna en tu totalidad, para esta Divina misión. Lágrimas de intervención Divina fueron dadas a ti, para que así pudieras reconocer instantáneamente, esta nueva e inesperada llamada. Ahora que has vertido tus lágrimas, no habrá más llanto, porque solo la felicidad reinará en tu alma, de ahora en adelante.
Hija Mía, Me entristece que nadie Me reconozca más en el mundo. Muchos Me han olvidado completamente. No significo nada para muchos de Mis hijos.
Debes ayudarme, hija Mía, cuando Yo manifieste Mi presencia, para que así, Yo sea reconocido a través de la oración.
Por favor reza para que la Humanidad entera, acepte el don de una Nueva Vida, que ahora será dada a ellos, por Mi Amado Hijo Jesucristo.
Nadie verdaderamente, entiende Mi preocupación por aquellas almas que Me rechazan o rechazan la existencia del Salvador, que envié al mundo.
Estas pobres almas, tan llenas de explicaciones lógicas, acostumbradas a rechazar arrogantemente Mi existencia, están perdidas para Mí, en este momento. Su única salvación (como muchos rechazarán la oferta de la Divina Misericordia durante el GRAN AVISO) será a través de la oración de aquellos hijos que aman al Padre.
Muchos que no Me aceptan, todavía conocen poco de Mí. Soy un Dios de amor Paternal, un Padre Celestial, que cuido a cada uno de Mis hijos. El fuerte, el débil, el enfermo, el bueno y el perverso. Nadie es excluido de Mi infinito amor, no importa cuán negra sea su alma.
Les urjo, hijos, a rezarme a Mí en el Nombre de Mi Hijo, en reparación por todos los pecados de la Humanidad.
Mi Hijo envolverá a la Humanidad entera ahora y cuando la Iluminación de las Conciencias haya pasado, sus oraciones serán verdaderamente necesarias en esta etapa. Sus oraciones, hijos, ayudarán a salvar a aquellas personas, que desafiantemente continúan rechazando la misericordia que Mi Hijo les mostrará.
Mi promesa solemne, hijos, es que todos aquellos de ustedes que Me invoquen a favor de Mi Amado Hijo Jesucristo, para salvar a sus hermanos y hermanas, que se les garantizará inmunidad inmediata. Gracias especiales les serán dadas a cada uno de ustedes, que prometa todo un mes de oración por las almas de ellos. Aquí está lo que les pido que digan:
“Oh Padre Celestial, por el amor de Tu amado Hijo Jesucristo, cuya pasión en la cruz, nos salvó del pecado, por favor salva a todos aquellos que todavía rechazan Su mano isericordiosa. Inunda sus almas, querido Padre, con Tu prenda de amor. Te suplico con Tu Padre Celestial, que escuches Mis oraciones y salves estas almas de la eterna condenación. A través de Tu Misericordia, permíteles ser los primeros en entrar a la Nueva Era de Paz en la Tierra. Amén.”
Su Padre Celestial, Dios Altísimo
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