sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ AÑO NUEVO 2012








ELIZ AÑO NUEVO 2012 GRACIAS DIOS Y PERDON POR TODO LO VIVIDO EN EL 2011




Cada año expreso los mismos deseos al acabar el año. No encuentro mejores, así que mi renovación para el 2012.Un año, que nos depara la proclamación por parte del Papa Benedicto XVI,como el Año de la Fe. Con la certeza ,de que traerá frutos abundantes, a la Iglesia y a cada uno de nosotros, con esa alegría os digo:


A los que en el 2011 ,me habéis , ayudado y alentado , habéis enriquecido mi vida espiritual.¡Que Dios os bendiga, os guarde y haga brillar su faz sobre cada uno!Que 2012,sirva para renovar nuestro Sí al Señor, nuestro Sí, al prójimo. Que sepamos bañarnos en la Misericordia que Dios esparce, al regalarnos un año más, y que su gracia nos inunde , para derramarla con los demás.

Oh Señor, deseo transformarme todo en tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti.
Que tu insondable Misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.
Ayúdame, oh Señor.

Haz que mis ojos, sean misericordiosos,
para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, si no que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis oídos sean misericordiosos,
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo,
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mi lengua sea misericordiosa,
para que jamás hable negativamente de mi prójimo, si no que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis manos sean misericordiosas,
y llenas de buenas obras, para que sepa hacer solo el bien a mi prójimo, y cargue sobre mí, las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis pies sean misericordiosos,
para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio.

Ayúdame, oh Señor,
a que mi corazón sea misericordioso,
para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo, a nadie le rehusaré mi corazón, seré sincero incluso con aquellos de los cuales, sé abusarán de mi bondad, y yo mismo me encerraré en el Misericordiosísimo Corazón de Jesús, soportaré mis propios sufrimientos en silencio.

Que tu Misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí.

Acabemos el año con María, en nuestro Rosario  y entremos con Ella en la fiesta de María Madre

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