viernes, 17 de febrero de 2012

MENSAJE ESCATOLÓGICO DE JESÚS DE NAZARETH PARA TODA LA HUMANIDAD




¡RESISTID, RESISTID, NO PERDÁIS LA ESPERANZA REBAÑO MÍO, PORQUE LA HORA DE VUESTRA LIBERTAD ESTÁ CERCA!
FEBRERO 17/2012    8:30 A.M.


MENSAJE ESCATOLÓGICO DE JESÚS DE NAZARETH PARA TODA LA HUMANIDAD

Hijitos míos, paz a vosotros.

Estoy tocando a la puerta de los corazones de esta humanidad y son muy pocos los que me invitan a entrar; estoy haciendo un llamado a la humanidad para invitarla al banquete del Cordero, pero serán muy pocos los que atiendan a mi invitación; son muchos los invitados, pero al final muchos quedarán por fuera, por no traer el traje apropiado.  La noche está llegando, apresuraos comensales, porque muy pronto mi Casa será cerrada y todo cuanto hay en ella, será profanado.  Ya no habrá quien me consuele.  Todos huirán en desbandada.  Heriré al pastor y las ovejas se dispersarán.  (Mateo 26, 31).

Mi dolor es grande al ver tanto temor y cobardía de los que ayer juraron serme fieles. Al ver el mañana lágrimas corren por mis ojos, las mismas lágrimas que derramé al ver la ingratitud de Jerusalén.  Mañana muchos por temor, cuando sean enfrentados por los hijos de la oscuridad, también como Pedro me negarán; mi rebaño estará dividido, muchos me darán la espalda, otros perderán la fe y otros tantos por un poco de alimento, venderán a sus hermanos.  La inquisición ha comenzado, los jerarcas de la nueva iglesia, buscan Judas, para que delaten a mis hijos fieles.  Mi pueblo huye de las ciudades y muchos justos por amor a Mí, darán sus vidas.

Corred, corred, porque ya no hay seguridad en ninguna parte; mi pueblo huye como mis primeros cristianos, las persecuciones han sido decretadas; todo lo pasado vuelve a repetirse, las ciudades están desoladas, sólo fantasmas deambulan por sus calles.  ¡Pobre de ti, Jerusalén!.  ¿Quién podrá escucharte Israel, en el tiempo de la justicia divina?.  El hambre ronda y los padres devoran a sus hijos, y el llanto de la hija de mi pueblo, hace llorar al cielo.  ¡Resistid, resistid, no perdáis la esperanza rebaño mío, porque la hora de vuestra libertad está cerca!.  Un nuevo amanecer muy pronto llegará y con él la luz que disipará las tinieblas.  Preparaos rebaño mío, porque las trompetas ya están sonando, todo tiene que cumplirse como está escrito; cielo y tierra pasarán, más mis palabras no pasarán.  Mi paz os dejo, mi paz os doy.  Vuestro Maestro, Jesús de Nazareth.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.

Enoch

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