lunes, 13 de febrero de 2012
AMOR PURO Y SANTO.
El día de la amistad deberíais celebrar el Amor Puro y Santo.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Habla Dios Padre,
El día de la amistad deberíais celebrar el Amor Puro y Santo.
Hijitos Míos, Mis débiles creaturitas, hoy celebráis el día del amor y la amistad, pero cómo quisiera Yo que ése amor del que habláis, fuera el amor puro, el amor santo, el amor que debe unir a los hombres entre ellos mismos y luego ellos Conmigo, con vuestro Dios.
También habláis de amistad, pero la tratáis en forma muy convenenciera, os dais y dais a aquellos a los cuales les podéis sacar luego algo más grande de lo que dais. No actuáis con amor verdadero, sino veis sólo para vuestros intereses personales.
AMOR, una palabra, un pensamiento, un sentimiento, él lo es todo porque es Mi esencia, sin él nada sois y lo que hagáis sin él no llega a Mi Corazón. Él es el alimento que nutre y vivifica todo lo creado, visible e invisible. Habláis de amor, pero no el del corazón, sino el del sexo y lo destruís con vuestras pasiones desordenadas. Habláis de amor entre los pueblos, dando una cara a las multitudes, traicionándolas después en lo secreto, al permitir asesinatos de cuerpos y almas, corrupción y pecado. Habláis todos vosotros de amor y vuestra sinceridad queda muy lejos de vuestros actos. Habláis de amor hasta que conseguís de lo que deseáis y luego traicionáis.
El amor es un alimento real, tanto para el cuerpo como para el alma. Sabéis que un bebé que no reciba cariñitos desde su nacimiento, no se desarrolla bien. El niño que no recibe muestras de cariño, abrazos y besos de sus padres, crece inseguro y desconfiado. El joven que no ha sido preparado en su familia para dar amor, se vuelve receloso e irónico para con los demás. El adulto que no vivió el amor en su niñez y juventud, no puede unir a una familia, ya que ella se une y se protege de los ataques del mal por medio de él.
Sin amor todos vuestros actos se vuelven estériles. Sin amor verdadero no podréis construir un Mundo nuevo. Sin el verdadero Amor, que sólo puede venir de Mi, no podréis cambiar a éste Mundo envuelto en la mentira y el pecado. Se os ha hecho creer que el amor es solo sexo, sexo desenfrenado, sin límites, sin complejos, sin sentimientos de culpa.
Os han convencido de tomar, cuando queráis, al sexo opuesto, en el mejor de los casos ó al mismo sexo, si así lo deseáis, porque os han dicho que en el “amor” no hay límites y que debéis hacer lo que vuestro “corazón” os dicte. Yo so pregunto, ¿realmente os lo dicta vuestro corazón ó vuestros instintos desordenados?
Ya os he explicado que los animales se guían por el instinto que he puesto en ellos y que es inmutable. Siguen una ley superior, Mi Ley y a ella se atienen sin pensar porque no lo pueden hacer, puesto que no tienen alma.
Vosotros, Mis hijos, todos, no estáis regidos por el instinto porque, a demás de que os he dado un alma, Mi Santo Espíritu habita en vosotros. Ciertamente el instinto lo tenéis en la carne, la cuál se ha deteriorado por el pecado, pero tenéis un alma que si la ayudáis a elevarse con la ayuda de los consejos del Espíritu que os habita, la podréis vencer fácilmente.
La carne y sus pasiones os vencen cuando las alimentáis y dejáis que el instinto rija vuestra vida. El hombre, como creatura de Dios, vale en cuanto a que se haga batalla a sí mismo con la ayuda de las virtudes y de la vida en la Gracia, para poder vencer al mal que continuamente lo ataca.
Las almas que caen son almas débiles, almas que no luchan, almas comodinas que les interesa más vivir en la “borregada” para que no se metan con ellas y tampoco intentan sobresalir por su pureza y virtudes, lo cual, generalmente les va a acarrear críticas y persecución.
Mi Hijo Jesucristo os lo dijo, “aquellos que Me sigan, los que hayan aceptado Mis Palabras y Mi Vida, serán perseguidos, porque Me verán a Mí en ellos” y como están en el Mundo y el mundo se rige por el pecado y sus pasiones desordenadas, éstas almas, que son Mi reflejo en la Tierra, son extrañas, no hay lugar para ellas, son un peligro para el mal, ya que dan “mal ejemplo” a sus semejantes, quitándole almas al maligno.
La creatura humana que Me sigue, que se ha llenado de Mí, es Mi hijo y tiene derecho al Reino de los Cielos. En cambio, aquellas creaturitas Mías que Me han traicionado por apartar de su corazón Mi Ley, se dejan vencer por los instintos y se vuelven peor que animalitos, porque traicionan a su Creador al escoger voluntariamente el camino del mal. El animal no puede darMe la espalda ni escoger mal, ó bien, simplemente hace lo que Yo le ordené hiciera desde su creación. Por eso el hombre que escoge el mal, desciende a niveles inferiores al animal.
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