lunes, 27 de febrero de 2012

HAGO UN LLAMADO A MI AMADA NACIÓN DE MÉXICO: HIJOS MÍOS, QUÉ PASA CON VOSOTROS? - ¿POR QUÉ ME HACÉIS ENTRISTECER CON VUESTRA ACTITUD?









HAGO UN LLAMADO A MI AMADA NACIÓN DE MÉXICO:  HIJOS MÍOS, QUÉ PASA CON VOSOTROS? - ¿POR QUÉ ME HACÉIS ENTRISTECER CON VUESTRA ACTITUD?
FEBRERO 26 DE 2012   1:45 P.M.

LLAMADO URGENTE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE A SU AMADA NACIÓN MEXICANA
Amadísimos hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con todos vosotros.

Mi corazón de Madre está triste, viendo cómo se acercan los días de la justicia divina y saber que la inmensa mayoría de la humanidad anda sumergida en la apostasía y el pecado.  ¡Oh, cuántas naciones serán arrasadas por la justa ira de Dios!.  Países enteros van a desaparecer y con ellos muchos de sus habitantes, sólo quedarán los que han atendido al llamado del cielo.

Hijitos, mis lágrimas cubren la creación, ya mi Padre ha decretado su justa sentencia; como Madre de la humanidad seguiré hasta el último instante intercediendo por todos mis hijos y en especial por aquellos que se encuentran más alejados de Dios.  Ayudadme mis hijitos fieles a interceder conmigo, por todos los pecadores del mundo entero y especialmente por aquellos que  no creen, no aman y no aceptan al Dios Uno y Trino.

Hago un llamado a mi amada nación de México:  Hijos míos, qué pasa con vosotros?, ¿por qué me hacéis entristecer con vuestra actitud?.  Yo soy vuestra Madre Guadalupana que intercede por vuestra nación y por todos vosotros; pero veo con dolor que venís desviándoos del camino; me duele ver cómo ultrajáis la Divinidad de mi Hijo en muchas de sus casas; me duele ver cómo rendís culto a la muerte y cómo blasfemáis llamándola santa; ¿no sabéis que todo esto es obra de mi adversario?, ¡cuántas profanaciones se vienen cometiendo y cuántos insultos a diario recibo de parte de mis hijos que tanto amo.  En muchas de vuestras provincias el nombre de mi Hijo y mi Nombre es ultrajado con vuestras detestables prácticas paganas; adoráis y rendís culto a dioses extraños a fetiches y a imágenes de difuntos que llevaron vidas pecaminosas.  La idolatría y el sincretismo religioso están haciendo perder la fe a muchos.

Me duele ver cómo asistís al Santo Sacrificio de mi Hijo y luego también rendís culto a la brujería y la superstición.  Mirad cómo anda vuestra nación, va a la deriva como barco sin timón; el mal ronda y hace correr la sangre en todos los rincones de mi amada nación; enlutando los hogares de mi amado pueblo mexicano.  Le estáis dando la espalda a vuestro Padre y a vuestra Madre, por eso la violencia, el desempleo, el hambre y el caos se han apoderado de mi amado país.  Os exhorto mis pequeños a que enderecéis el rumbo, porque de seguir como vais, me apartaré de vuestra nación y ya sabéis las consecuencias que esto traería.

No me ultrajéis más, ni ultrajéis más la Divinidad de mi Hijo; os pido fidelidad y compromiso; necesito que me desagraviéis y desagraviéis a mi Hijo profanado en tantas Iglesias.  Mis hijos laicos, no sois vosotros los que debéis ejercer el ministerio sacerdotal; entended que este ministerio es exclusivo de mis hijos predilectos; orad por las vocaciones sacerdotales en vuestro país, para que mi Padre os envíe obreros.  Os pido hijitos, que vuestra nación vuelva a mi Hijo y a Mí, de corazón como era antes, sólo así volverá la paz a vuestra tierra.  Hago un llamado a mis profetas e instrumentos de mi amado país, para que en oración y ayuno ante el Sagrario de mi Hijo comprobéis la autenticidad de este mi mensaje que os hago llegar a través de mi hijo Enoch, y así no pongáis en duda mis palabras.  Necesito hijos míos, que hagáis una jornada de oración y ayuno en toda vuestra nación, con el rezo de mi Santo Rosario, pidiendo por la paz de vuestra tierra y por el restablecimiento de la fe; orad como lo hicieron los habitantes de Nínive, para que Dios tenga misericordia de vosotros y vuestra nación.  Que la paz de Dios vuelva a florecer en el corazón de mi amado México.  Vuestra Madre Guadalupana, Emperatriz de América.

Dad a conocer este mensaje en todos los rincones de mi amado país.

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