lunes, 13 de febrero de 2012
AMARNOS UNOS A OTROS OS HABLA EL ESPIRITU SANTO
El Alma y el AMOR; reciprocidad en el dar y en el recibir
Mensaje (Feb).
Mensaje de Dios Espíritu Santo a J.V.
Habla Dios Espíritu Santo,
Sobre: Problema de las relaciones “humanas”, causadas por la falta de amor en las “almas”.
Primeramente, partiremos de la base de que las almas se “alimentan” de amor. Como almas, fuimos creados por Dios, que es todo AMOR, para amar y ser amados. Las almas son asexuadas, o sea, no tienen sexo, y cuando se encarnaron, aunque tomen cuerpo humano, masculino ó femenino, no pierde el alma su esencia, son dos entidades diferentes, alma y cuerpo, que ahora formarán al ser.
El alma, ya sea que esté en cuerpo masculino ó femenino, sigue necesitando su alimento base, que es el amor. El amor lo va a recibir por dos vías, la humana y la Divina. Por la vía humana lo va a buscar a través del trato que tenga con sus congéneres, quienes, a su vez, también necesitarán amor, por lo tanto, para mantener a las almas “bien alimentadas”, de su alimento básico, todas las almas deberán dar amor con la esperanza de también recibirlo. No se puede pensar en la falacia de que un alma, o un ser humano, goce solamente en el dar amor, sin esperar recibir, puesto que toda alma se alimenta de amor. O, por lo contrario, no se puede mantener una relación sana en la cuál un alma, o ser humano, sólo se mantenga en posición de estar recibiendo constantemente de los demás y ésta no ponga de su parte, en lo absoluto, al no actuar recíprocamente. Este tipo de alma, a la larga, al mantener esa posición egoísta, se quedará sola y sin alimento base.
La falta de amor para un alma encarnada, puede llevar al ser a infinidad de problemas, unos a nivel espiritual y otros a nivel humano. Hay infinidad de afectaciones emocionales ó físicas en los seres, causadas por la falta de amor, que van desde sencillas a muy complicadas en el ser humano. Entre sencillas pueden partir desde perder el sueño, el apetito, hasta desórdenes emocionales que puedan llevar a la locura ó a la muerte a una persona. Comprobado está que, hasta los bebés se desarrollan mejor cuando reciben amor desde muy pequeñitos, que cuando no lo reciben, ó peor aún, cuando se les desprecia ó castiga continuamente. El amor es alimento para el alma, lo cual también se manifiesta en su cuerpo.
El ser puede responder de dos formas a la falta de amor, la primera con su autodestrucción, como, por ejemplo: insomnio, falta de hambre, aislamiento, depresión y aún muerte, ya sea lenta, por falta de deseo por vivir, ó rápida, por suicidio.
La segunda forma de responder a la falta de amor es a través del ataque, por envidia, maldad, odio, etc., contra sus semejantes.
El alma no recibe amor, pero ve que sus semejantes sí, viene la envidia, y ataca y hasta destruye. Por ésta causa mucho mal se produce alrededor del hombre, llegándose a producir una problemática muy grande afectando a las familias, a la sociedad ó a pueblos enteros, llegando a guerras muy destructivas y, en la mayoría de los casos, todo causado por la falta de amor entre los hombres.
Corolario:
Si desean tener relaciones bellas y duraderas en el amor, debe haber, POR NECESIDAD, reciprocidad en el dar y en el recibir amor, pero amor verdadero y auténtico, en el cual veamos por el bien general de nuestro prójimo, agradeciendo siempre el amor recibido, pero también con el firme propósito de dar a los demás el amor que necesiten sin actuar nunca en el egoísmo, con complicaciones absurdas que terminan necesariamente en la falta de producción de amor, causando con ello odios y maldad, que dará por resultado guerras y muertes.
Sin amor no se desarrolla la vida, no habrá paz, no habrá fraternidad entre los seres humanos. Si se quiere recibir el alimento del alma, que es el amor, primero alimentemos a nuestros semejantes, con la firme esperanza de que luego ellos nos habrán de alimentar y así nos desarrollaremos parejos y en paz y armonía.
Mis pequeños, ¡cómo habéis destruido la palabra Amor!, celebráis el día del amor cuando realmente el Amor no habita en vuestro corazón.
(Lenguas…) Mis pequeños, ¡cómo habéis destruido la palabra Amor!, celebráis el día del amor cuando realmente el Amor no habita en vuestro corazón. El verdadero Amor lo he tratado de compartir con el hombre a través de los siglos y el hombre no lo ha querido tomar y vivir como verdaderamente es.
Utilizáis el amor para fines egoístas, vuestro amor, tan diferente a Mi Amor. El Amor sirve al hombre, hace crecer al hombre, le da vida, lo dignifica, lo lleva hacia la santidad, lo acerca a Mí, ése es el Verdadero Amor que se os ha enseñado desde la antigüedad. Pero satanás os ha mostrado otro amor, muy diferente al que se os ha dado en la Divinidad, ha destruido la finalidad del Verdadero Amor, que es unidad, que es Vida, que es Perfección, que es procreación.
Ved cómo están ahora los pueblos de la Tierra, divididos, destruidos, se matan unos a otros, muchas veces ni
siquiera saben por qué, han dejado crecer la maldad y el odio en su corazón, ya no ven al hermano con amor,
solamente hay destrucción y deseo de eliminar al hermano.
El Verdadero Amor, prácticamente no existe ya en la Tierra. Satanás os lleva al amor pecaminoso, al amor
egoísta, al amor posesivo, al amor destructivo, siento asco de hablar de ése amor satánico, porque la palabra
“Amor” Soy Yo, vuestro Dios, él os lleva a la mentira, no es amor, son pasiones desordenadas, es pecado,
maldad.
El Amor es positivo y hablar del Amor es elevación hacia la perfección, hacia la bondad Infinita, hacia todo lo
bello, hacia todo lo que agrada al espíritu, él no os puede llevar hacia el Amor, él no puede nombrar al Amor,
él está en contra del Amor y así, vosotros, cuando vivís de acuerdo a donde os ha llevado él, Mi enemigo, no
os está llevando a ningún tipo de Amor, son las pasiones desordenadas causadas por el pecado hacia donde se dejan
llevar las almas y eso os lleva hacia la destrucción en todo sentido, destrucción personal, destrucción de
pareja, destrucción familiar, destrucción de la sociedad, destrucción de las naciones, destrucción del mundo.
No podéis usar la palabra Amor cuando atrás de vuestras acciones hay destrucción, muerte, maldad, pecado, si
habláis de Amor, estáis hablando de Mí, vuestro Dios. Entended bien esto, Mis pequeños, no utilicéis en forma
pecaminosa la palabra Amor, utilizadla cuando seáis verdaderos hijos de Dios, cuando seáis verdaderos servidores
del Amor, cuando seáis verdaderos, verdaderos amantes del Amor.
Gracias, Mis pequeños.
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