sábado, 18 de diciembre de 2010
VEN SEÑOR JESUS!! NO TARDES!!
Hijitos Míos, volved a Mi Corazón
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.
Someter nuestra carne y las pasiones desordenadas.
Hijitos Míos, Mi Vida es Amor. Yo he nacido entre vosotros para mostraros el Amor de Mi Padre y para traeros Su Luz al Mundo.
Estabais en las tinieblas, en manos de Mi enemigo y vine a vencerlo, al mostraros como él, ante Mi Presencia, ante Mi Palabra, ante Mis Obras, ante la Luz de Mi Corazón, no puede seguir actuando. Os he dado la Luz en el conocimiento del camino que debéis seguir todos vosotros. Os he dado ejemplo claro de cómo os debéis comportar unos con otros. Os he mostrado a Mi Padre y Sus Designios de Amor. Os he dado vida con Mis Enseñanzas. El camino sólo se podrá recorrer hasta el final con la negación de uno mismo, o sea, negación a todo aquello que se deriva de los deseos malsanos de la carne; debéis vencer a la carne y sus pasiones desordenadas con la ayuda de Mi Gracia, Gracia que proviene de Mi Padre y que todo lo envuelve.
Venid, hijitos Míos, al regazo de Mi Amor. ¿Por qué buscar la infelicidad, el desasosiego, el temor, la muerte espiritual al vivir en contra Mía, al vivir atacando Mis Preceptos, al vivir con odios y egoísmos, si podríais tener Paz, Amor, vida plena en Mi Padre al cumplir Su Voluntad?
Os hacéis bolas vosotros mismos tratando de encontrar secretos escondidos para alcanzar la felicidad del Mundo, felicidad sin bases firmes, que al romperse os traerán mayor tristeza y, sobre todo, soledad de corazón, ya que pusisteis toda vuestra voluntad en algo pasajero, algo sin futuro, algo superfluo. Aquellos que cimientan su vida, sus deseos, sus ideales de acuerdo a Mi Voluntad y a Mis Deseos de Amor sincero, pase lo que pase, subsistirán.
Habéis convertido una vida espiritual, en vida material. Vuestra misión en la Tierra es espiritual y os habéis dejado engañar por el mal al buscar lo material antes que lo espiritual. Os habéis dejado engañar por ése materialismo y convertís el recuerdo de Mi Venida a la Tierra, en un puro intercambio de regalos, sin tratar de profundizar en la Misericordia y en el Amor con que vuestro Padre Celestial os quiso regalar al permitirMe venir a la Tierra para lograr vuestra redención y apartaros de las fuerzas del mal que os tenían sojuzgados. ¿No os dais cuenta, hijitos Míos, en el error en el que estáis viviendo? Este tiempo de la Navidad, es tiempo de alegría, de agradecimiento, de amor fraterno espiritual, no material, recordando al Amor que bajó para ayudaros a salir de las tinieblas y del error en que se vivía.
Es tiempo de alegría, en donde ésa alegría se debe unir a la del Cielo. Alegría Divina, porque se os dio al Salvador y la Palabra de Dios. Al no profundizar en éste os estáis perdiendo de mucho. Lo tomáis todo muy a la ligera. ¡Es vuestro Dios el que se ha encarnado para traeros Vida, Luz y Camino de Salvación! ¡Es Su Misericordia y Su Amor, por todos vosotros, lo que por Su Humildad Infinita logra que Yo, Su Hijo, Me encarne para vivir entre vosotros!
Este acto de infinita bondad y de humildad, es poco agradecido, ¡todo un Dios haciéndose pequeñito para vivir con Sus hijos!
Vosotros os sentís alagados cuando un rey, un presidente, ó aún Mi mismo hijo predilecto, el Santo Padre, el Papa, caminan entre el pueblo, se dejan tocar, abrazar, saludar y, si recapacitáis, ellos, a pesar de su cargo, siguen siendo humanos, que también han bajado a servirMe. Siguen siendo pequeños, insignificantes. Yo, vuestro Dios, he hecho lo mismo, he bajado de Mi Trono Celestial a convivir con todos vosotros. Os dí sólo Amor, enseñanzas de Vida Eterna, curación de cuerpos y almas y no lo habéis apreciado, a tal grado vivís en el error y en vuestro Yo mísero, que no apreciasteis a vuestro Dios entre vosotros y me crucificasteis. Me he quedado con vosotros como alimento espiritual en la Sagrada Eucaristía y ni aún así, éste regalo de Mi Amor Omnipotente, apreciáis. Si pudiérais ver cómo Mis ángeles y los santos, ya en Mi Gloria, alaban, agradecen, venera, respetan Mi Santo Cuerpo en todos los Sagrarios de la Tierra si pudiérais verlos, vergüenza os daría por la forma en como Me tomáis, la forma en como Me tratáis.
Hijitos Míos, es Mi Presencia Viva, Divina, la que se ha quedado entre vosotros. Es el Verbo Encarnado que se ha quedado para daros vida espiritual y ayuda en vuestra misión terrena. Es el Amor Infinito en Su máxima humildad que se ha querido quedar entre vosotros, para que os sintáis acompañados, como lo estuvieron vuestros antepasados, que Me vieron, Me tocaron, Me escucharon. Yo Me he quedado a velar por todos vosotros y cada vez que Me tomáis, os doy nueva vida, ya que Mi Amor tiene tantas facetas, que aquél que Me busca y está Conmigo, siempre experimenta, en forma diferente, el tomarMe en la Sagrada Eucaristía.
Hijitos Míos, os pido una vez más, haced vida espiritual, de recogimiento, de unión sincera y amorosa entre Mi
Padre y vosotros en ésta Navidad. Por favor, no dejéis pasar ésta fecha, en que se conmemora el Amor Pleno del
Padre Celestial para con vosotros, en puro intercambio de regalos materiales, superfluos y, en la gran mayoría de
los casos, hasta poco agradecidos, porque os dieron un regalo sin gusto ó inservible y así, lo que debiera ser
una reunión de amor, de recogimiento y agradecimiento hacia vuestro Padre, termina en pleito familiar al
recordarse odios, envidias, celos, rencores y egoísmos fraternos en las reuniones familiares.
Os repito, vuestra vida sobre la Tierra tiene una función de salvación y de enseñanzas de amor y no de
obtención de bienes materiales ni de gozo humano simplemente. El vivir en el gozo espiritual, el vivir bajo la
Voluntad del Padre, os dará un gozo inmenso de alma y cuerpo, gozo que nunca será igual, que sobrepasa y por
mucho, al puro gozo carnal ó material.
Hijitos Míos, volved a Mi Corazón, volved al Amor que se ha volcado por cada uno de vosotros, al permitirMe venir
a la Tierra a salvaros y para enseñaros la senda que debéis seguir para que regreséis a vuestro verdadero hogar
en el Reino de los Cielos.
Compartid el gozo de Mi Madre, la Siempre Virgen María y de Mi Santo Padre de la Tierra, San José. Uníos a la
alegría de los santos ángeles al verMe en el pequeño pesebre mostrando Mi Divinidad a todos aquellos de corazón
sencillo y humilde que se acercaban a conocer a Su Salvador. Acercaos todos vosotros al pequeño pesebre, para agradecer,
de corazón, a vuestro Dios, en Sus Tres Divinas Personas, pero éste acto tan grande, de Su Amor Divino, para con
cada uno de vosotros al permitirMe venir a la Tierra a salvaros, a traeros la Verdad, a protegeros del mal y sus
tinieblas. Os he traído la Luz, no la desperdiciéis. Os he traído vida, no Me volváis a matar. Os he traído el
Amor Celestial que os enaltece y os hace verdaderos hijos de Dios, no os quedéis en el amor intrascendente e
inservible de la carne, Yo os he dado Vida no busquéis la muerte, la cuál os acecha continuamente. Tenéis en Mí
la salvación eterna, eterna, hijitos Míos. Recapacitad y meditad bien ésta palabra, vuestra vida terrena os
puede dar vida plena eterna ó muerte dolorosa eterna.
Yo os busco a cada uno, muevo vuestros corazones de muchas formas para alcanzar vuestro arrepentimiento y vuestro
deseo de salvación. No os dejaré morir e insistiré por vuestra salvación aún en el último segundo de vuestra
vida, pero ojalá podáis comprender lo que Mi Misericordia de Amor significa. Sólo vuestra necedad y vuestra
traición al Amor Verdadero os pueden dar la muerte eterna.
Buscad y pedíd en ésta Navidad, en éste Nacimiento de vuestro Salvador, la humildad de corazón para que podáis
apreciar lo que el Amor Omnipotente y Eterno ha dado a toda la humanidad de todos los tiempos al permitirMe Mi
Encarnación y Nacimiento entre todos vosotros. Meditad la escena de Mi Nacimiento. A pesar de la pobreza del
lugar, la de Mis padres, la sencillez de los que ahí estaban y de los que Me visitaban, nada les faltaba, porque
Yo llenaba todo. No es lo material lo que satisface al hombre, es la vida en Mi lo que lo plenifica. Cuando os
abajéis, cuando os humilléis de corazón, cuando os hagáis pequeños y busquéis hacer sólo la Voluntad de Mi
Padre, os encontraréis con los verdaderos tesoros que he dejado en vuestro corazón, tesoros que compartiréis
entre los vuestros en vez de los regalos materiales y sin valor que ahora os intercambiáis.
Vivid en familia, pero en familia con la del Cielo. Buscar los bienes Divinos y no los humanos, que de nada os
servirán para vuestra vida eterna.
Os espero, hijitos Míos, a cada uno de vosotros y os bendigo con todo Mi Amor, para que podáis pasar ésta fecha
Divina, con las Gracias que de Mi Corazón brotarán para todos aquellos que Me las pidan y las busquen.
Vivid en paz, en amor y en el servicio pleno y desinteresado hacia vuestros hermanos, buscando su crecimiento
espiritual y su salvación eterna y así Mi Próximo Advenimiento será bellísimo y glorioso, porque vuestros
deseos de amor así lo lograrán.
Ven, ven Señor no tardes;
¡VEN PRONTO, SEÑOR! ¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS! ¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!
Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor;
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje del 25 de noviembre de 2009
¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia, los invito a todos a renovar la oración en sus familias. Prepárense con alegría para la venida de Jesús. Hijitos, que sus corazones sean puros y acogedores, para que el amor y el calor comiencen a fluir a través de ustedes, en cada corazón que está lejos de Su amor. Hijitos, sean mis manos extendidas, manos de amor para todos aquellos que se han perdido, que no tienen más fe ni esperanza. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Habla Dios Padre,
Sobre: Agradeced que se os dará ésta penitencia a toda la humanidad, para que podáis recibir después el gran regalo, que será nuevamente Mi Hijo entre vosotros.
(Lenguas…) Hijitos Míos, Mi Amor viene a implantarse a la Tierra, los acontecimientos que se darán, servirán para la purificación de la Tierra, para expiar vuestros pecados, para preparar vuestro corazón a recibir a Mi Hijo en Su Segunda Venida. Os he dicho que así como estáis ahora, no podríais soportar la Venida de Mi Hijo, vuestro corazón no está preparado para aceptar Su Amor entre vosotros, estáis tan embebidos en las cosas del mundo y en sus pecados, que sería una ofensa para Mi Hijo el estar entre vosotros.
No lo recibiríais como se merece, no podríais siquiera sacarle el provecho de Su Presencia entre vosotros, puesto que vuestra espiritualidad actualmente, está muy baja, ha decaído mucho.
Por eso os repito, agradeced éstos momentos de purificación y de penitencia que vendrán para la humanidad, porque vosotros habéis fallado mucho, le habéis fallado a Mi Amor, le habéis fallado a Mis regalos y Mi principal regalo que os di a toda la humanidad y para todos los tiempos, fue el haberos enviado a Mi Hijo para que os trajera la Luz que no tenía la humanidad, que se había perdido por el Pecado Original, Luz que iba a disipar las tinieblas de satanás entre los hombres. Luz que os vino a enseñar los Bienes del Cielo, para que se reprodujeran también en la Tierra. Luz para que encontrarais el camino correcto entre las tinieblas que siempre existen en el corazón y en la mente del hombre. Luz, para que os llevaran a la santidad de vida. Luz para que encontrarais Mi Divinidad en vuestro ser, habitando en vosotros mismos, pero que no la habéis dejado vivir ni Me habéis tomado en cuenta para guiaros.
Agradeced que se os dará ésta penitencia a toda la humanidad, para que podáis recibir después el gran regalo, que será nuevamente Mi Hijo entre vosotros y, además, que se derramarán Mis Bendiciones para las almas que habitarán en ésos tiempos. Ciertamente muchas almas serán eliminadas sobre la Tierra, algunas, serán eliminadas, porque se habrán dado en sacrificio, en la lucha por la salvación de otras almas que han vivido en el pecado y que no se podrían haber salvado si no fuera por el sacrificio de sus hermanos. Otras almas serán eliminadas, porque son almas que se satanizaron y que, si se mantuvieran para los Nuevos Tiempos, afectarían gravemente la espiritualidad que se tendrá en ésos momentos. Otras serán eliminadas, porque no quisieron aprovechar la Luz y el Conocimiento que se os dio a través de Mi Hijo, almas que vivieron para el mundo, almas que nada les importó el tener éste Tesoro tan grande que Yo os dejé a través de Mi Hijo y como no apreciasteis los Bienes del Cielo, los regalos del Cielo que se darán no serán para vosotros, porque tampoco los apreciaréis.
Quedarán las almas con las que Yo pueda iniciar una nueva vida sobre la Tierra, almas que lucharon por mantenerse Conmigo, almas que quisieron buscar la santidad en su vida, almas que se mantuvieron deseosas de querer estar bajo Mis Leyes y Mi Amor. Almas que Me buscaban de una u otra forma y que por fin les daré la oportunidad de encontarMe. Habrá almas de todos los credos y razas, pero que en ése momento estarán unidas ya como un solo pueblo, en un solo Amor. Tendrán una sola Guía, la de Mi Hijo y vivirán gozosas porque Me buscaron, buscaron a Mi Hijo, buscaron el Reino y el regalo va a ser el haberlo encontrado. Yo les daré el Reino sobre la Tierra, serán momentos bellísimos sobre la Tierra, un Nuevo Amanecer para la humanidad, un solo pueblo hablando de un solo Amor y todos viviendo como verdaderos hermanos.
Gozad Conmigo, Mis pequeños, gozad ya ésos momentos de triunfo y orad por vuestros hermanos que serán eliminados, para que su alma no se pierda eternamente, que aún a pesar de que hayan sido tibios ó traidoras a Mi Amor, se puedan salvar.
Gracias, Mis pequeños.
HABLO DIOS PADRE
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