jueves, 16 de diciembre de 2010

MENSAJES DE JESUS Y DE MARIA DADOS AL HERMANO Y VIDENTE ENOC




ESTOY TOCANDO A LA PUERTA: ¡ABRIDME!



Diciembre 6 de 2010


1:23 p.m.






Hijos míos, que mi paz esté con vosotros.






Hijos míos; aprended a vivir de mi misericordia; acéptalo todo con amor y humildad, porque vienen los días en que tendréis que suplicar e implorar al cielo, que os haga llegar el pan de cada día.






Los días de vuestra purificación están tocando a la puerta. ¡Oh, pobre humanidad, cuando despertéis de vuestro letargo espiritual será tarde!.






Hijos de Adán, la noche os va a coger sin estar preparados; acordaos que la noche es justicia; vosotros seguís en vuestra cotidianidad, y no os has puesto a pensar: ¿Que el Hijo del Hombre está llamando a la puerta, para que lo dejéis entrar?.






Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre; entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo. (Apocalipsis 3,20).¡Ay como me duele ver a tantos, tantísimos que deambulan sin Dios y sin ley, porque cuando lleguen los días de mi justicia van a ser los primeros en caer!. ¡Oh tierra mía, prepárate para el luto, porque serán muchos los que en tus entrañas caigan!. ¡Qué dolor, qué desolación, cuánto hubiera querido yo, que todo fuera diferente!; pero no, me cansé de tocar a vuestras puertas y no hubo respuesta alguna. Muchos me dieron la espalda, otros se rieron de mí, y hubo otros, la inmensa mayoría que no creyeron.






Muy pronto el Ángel de la muerte enlutará la creación. ¡Qué esperáis para cambiar!. ¡Qué esperáis para suplicar perdón!. Mirad, todavía hay un poco de misericordia; no dejéis que se agote; venid a mí, con un corazón contrito y humillado; dejad vuestro mal proceder y vuestra mala conducta; enderezad vuestro camino de una vez; acatad mis preceptos y retomad de nuevo la senda que os conducirá a vuestra salvación. No sigáis viviendo en el pecado, porque el pecado os llevará a la muerte.






Acordaos que Yo soy: Camino, Verdad y Vida; acordaos que soy Misericordia; que os la quiero dar, si os apartáis de vuestro mal proceder. Escuchadme: No quiero vuestra muerte; recapacitad de inmediato, porque el lugar donde irán a parar vuestras almas es tormento y dolor; dolor y más tormento por toda la eternidad. Es por eso, que no me complazco viéndoos morir, estoy tocando a la puerta de vuestros corazones, el que me deje entrar cenaré con él, y le daré a beber del agua de Vida Eterna.






Abridme; soy yo vuestro maestro el que toca a la puerta. No me dejéis esperando. Soy vuestra salvación y vuestra vida. Soy el camino que os conducirá a las puertas de mi Nueva Creación. Abridme y dejadme pasar; quiero platicar con vosotras mis ovejas rebeldes; sólo os pido un poco de vuestro tiempo, para daros mi amor y mi salvación.






El que llama a la puerta es vuestro Padre: Jesús Sacramentado, el Buen Pastor de todos los tiempos.






Hijos míos; dad a conocer mis mensajes a todas las naciones.









SOY VUESTRA MADRE: LA ROSA MÍSTICA


DICIEMBRE 13 DE 2010


1:45 P.M.






LLAMADO URGENTE A LA HUMANIDAD






Hijitos míos, que mi amor y mi protección maternal os acompañe siempre.






Hijitos míos: Los días están ya muy cerca; la humanidad no ha querido escuchar la voz de mi Padre; la justicia divina muy pronto será la encargada de juzgar esta humanidad pecadora.






¡Oh cuánto sufro!, mis lágrimas son ríos que bajan silenciosos por mi rostro; el cielo está agotando todos los recursos tratando de salvar al mundo; pero el hombre de hoy, le ha dado la espalda al Dios de la vida. ¡Qué ingratos e insensatos sois!. Preferís seguir en vuestra loca carrera de desenfrenos y pecados, no queréis acogeros a mis llamados y al llamado de mi Padre.










Vuestro pecado desatará la Justicia Divina y no sabéis hijitos míos, a lo que os enfrentaréis.






La justicia de Dios es recta, diáfana y justa; sólo vuestras buenas obras serán pesadas; yo os pregunto: ¿Qué mortal podrá resistir la justicia de Dios?. Aun os queda un poco de tiempo, ya muy corto, hasta el último segundo estará Dios esperando a que recapacitéis hijitos rebeldes.






Volved por la senda del amor y el perdón; retomad el sendero de la justicia; de lo contrario el castigo vendrá como está escrito en la Santa palabra de Dios.






Días de oscuridad enlutarán la tierra; fuego, llanto, desolación y muerte, serán el pago que reciba la humanidad, por no querer acogerse al llamado de mi Padre. No sabéis hijitos: ¡Cuánto sufro y lloro al ver la multitud de almas que se perderán!. El abismo está abierto y en él caerán muchas almas. ¡Qué dolor y tristeza embargan a mi corazón!.






Vuestra Rosa Mística está triste; os amo y no quiero que ninguno se me pierda. ¿Qué madre que ama, no sufre con el dolor de sus hijos?. Si vosotras madres terrenales, sufrís con la pérdida de un hijo, ¿cuánto más no sufro yo, vuestra Madre Celestial, viendo caer tantos hijitos míos, en el fuego eterno?. Mis lágrimas entristecen el cielo, mi corazón de Madre de la humanidad está enlutado; todo está por comenzar y no habrá marcha atrás.






El reino de Dios con sus Ángeles y Santos, interceden conmigo ante el Padre Celestial, esperando que la humanidad recapacite y retome el sendero estrecho, que conduce a la vida eterna. ¿Qué esperáis hijitos míos, para enderezar vuestro camino?. Recapacitad lo más pronto posible, para que no os sorprenda la justicia de Dios sin estar preparados. Porque os digo: ¡Que ningún mortal, sin la gracia de Dios, podrá ser justificado!.






No me hagáis sufrir más. Vamos hijitos, si os arrepentís de corazón y dejáis de ofender a Dios y acatáis y ponéis en práctica sus preceptos, mi Padre que es amor tendrá compasión de vosotros. Volved pues a Él, os lo ruego hijitos míos, no quiero veros morir; no enlutéis más mi corazón; suficiente dolor soporto cada día viéndoos pecar; viéndoos mancillar la obra de Dios. Mi corazón de Madre de la humanidad está traspasado por vuestra ingratitud. Os amo pequeñitos. Recapacitad y abrid de una vez vuestros ojos y vuestro corazón a Dios, para que su santa justicia no os castigue. Soy vuestra Madre la Rosa Mística, que llora, que sufre, viendo cómo está llegando la hora de Dios y no puedo ya con el brazo de mi Padre.






Hijitos: Que mi llanto y mi corazón traspasado por el dolor os conmuevan.






Soy vuestra Madre, la Rosa Mística.






Dad a conocer mis mensajes hijos míos, a todas las naciones.



FUENTES:http://www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensajesrecientes.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario