¡AY DE VOSOTROS LOS QUE JUZGÁIS, SEÑALÁIS,
DIFAMÁIS, CONDENÁIS Y MALTRATÁIS A VUESTROS HERMANOS Y A MIS UNGIDOS. OS ASEGURO QUE SI NO OS ARREPENTÍS DE
CORAZÓN, MUY PRONTO RECIBIRÉIS VUESTRA PAGA!
JUEVES SANTO 05 DE ABRIL DE 2012 - 6:30 P.M.
LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A LA HUMANIDAD
Hijos míos, paz a vosotros.
Me estoy manifestando de
diferentes maneras junto con mi Madre, para ver si esta humanidad atiende a
nuestros llamados a la conversión y se arrepiente, antes de que venga el día
grande y terrible del Padre. El cosmos
guarda una tensa calma que invita a la reflexión; muy pronto todos los
elementos se conmocionarán y la creación y sus criaturas sentirán el paso de la
justicia divina. Naciones enteras por su
rebeldía y rechazo a la misericordia divina, desaparecerán; hasta la última
letra de mi palabra se cumplirá, todo lo oculto saldrá a la luz y la verdad
resplandecerá. Porque yo soy el Camino,
la Verdad y la Vida. Yo soy la Luz del Mundo y el que me siga no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(Juan 8. 12).
Hijos míos, aprovechad estos
postreros días para que me hagáis compañía, porque en verdad os digo, que por
un tiempo ya no estaré con vosotros, más en otro tiempo me volveréis a ver en
mi Jerusalén celestial os espero y ya estaré con vosotros y entre vosotros
hasta la consumación de los tiempos.
Asistid lo más que podáis al Santo Sacrificio, para que cenéis conmigo,
y haced extensiva a vuestra familia todas las santas comuniones que recibáis,
para que vuestros familiares espiritualmente permanezcan también en mi
protección.
De nuevo os digo, entregadme
a vuestros familiares rebeldes y a vuestros enemigos en el momento sublime de
la consagración, y yo vuestro Maestro iré sanando los corazones rebeldes y
quebrantando con el poder de mi Santo Espíritu toda fuerza del mal. Orad por vuestros enemigos, haced ayuno y
penitencia por ellos, y mi Padre que os escucha en el silencio, librará a estas
almas del poder de las tinieblas.
Pedidle a mi Madre, a mis Ángeles y a mis almas bienaventuradas, que
intercedan con vosotros ante mi Padre, por la salvación de los pecadores en vuestra
familia y el mundo entero.
Hijos míos, ¿por qué os
atacáis los unos a los otros?, me duele y entristece veros divididos; si decís
ser de mi rebaño, ¿por qué entonces no os comportáis como hermanos?. No juzguéis y no seréis juzgados. Porque con el juicio que juzguéis, seréis
juzgados, y con la medida que midáis, seréis medidos. (Mt 7.
1, 2).
No me azotéis con el látigo
de vuestra lengua, porque bien sabéis que en vuestro prójimo estoy yo. Acordaos de lo que dice mi palabra: Uno solo es el legislador y juez, el cual
puede salvar y perder, pero tu, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?. (Santiago 4, 12).
Pedidle a mi Padre que os de
el discernimiento y acercaos a mi Sagrario en ayuno y oración, y mi Padre os
enviará su Espíritu que os mostrará la verdad.
No levantéis juicios contra vuestros hermanos, dejándoos llevar por
sentimientos y razonamientos meramente mundanos. No olvidéis que el espíritu está pronto, pero
la carne es débil. (MT 26, 41).
Si vosotros que sois malos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial
dará cosas buenas a quien se las pida.
(MT 7, 11).
No calumniéis, ni juzguéis a
vuestros hermanos; id y aprended lo que significa misericordia quiero y no
sacrificios, pues no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores. (MT 9, 13).
Dejaos pues de estar
atacándoos los unos a los otros, porque esto no viene de Dios. ¡Ay de vosotros los que juzgáis, señaláis,
difamáis, condenáis y maltratáis a vuestros hermanos y a mis ungidos. Os aseguro que si no os arrepentís de
corazón, muy pronto recibiréis vuestra paga!. Comportaos como el publicano en el templo,
humildes y sencillos de corazón, para que podáis ser justificados por mi
Padre. Mi paz os dejo, mi paz os
doy. Arrepentíos y convertíos, porque el
Reino de Dios está cerca. Soy vuestro
Jesús Sacramentado. El Amado que no es
Amado.
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