sábado, 8 de enero de 2011

Mi Viña debe tener toda clase de obreros



JESUS OS HABLA:



Mi Viña debe tener toda clase de obreros




Cantos de amor son las almas que viven entregadas a obras de caridad, a misiones, a enfermos, a chicas descarriadas o a jóvenes torcidos. Yo, Jesús, os hablo.














Hijos Míos, en Mi Viña debe haber toda clase de viñadores y todos son importantes para Mí y para el Reino de los Cielos. Yo aprecio y valoro cada apostolado, cada obra que se haga a favor de los desfavorecidos. Quien cuida a un enfermo por amor a Mí, quien trata de corregir a un joven o chica descarriada, quien se va a tierra de misión a evangelizar, Yo los miro con mucha complacencia, porque lo que hacen por ellos, por Mí lo hacen. Yo, Jesús, os hablo.














Pero hijos, no todos los viñadores deben dedicarse a las necesidades corporales o sicológicas de las almas. Quien se encierra en un convento de clausura a dedicar todas las horas del día al silencio y oración, también está evangelizando y haciendo en Mi Reino una gran obra, porque todo es necesario en la Viña del Señor.














Hijos Míos, esos monjes o monjas que viven en oración están supliendo a otros hermanos misioneros o que se dedican a los enfermos que a veces no pueden ni rezar por el cúmulo de trabajo. Ellos Me dan en rezos y alabanzas lo que otros quisieran darme y no pueden, pues no solo las obras de amor exteriores como son los enfermos o necesitados Me dan gloria, sino también aquellos que solo Yo conozco y que solo Yo se valorar. Yo, Jesús, os hablo.














Mi Viña debe tener toda clase de obreros, los que rezan, los que se mortifican, los que evangelizan en tierras de misiones, los que cuidan a enfermos etc. Y así, todo es necesario para la extensión de Mi Reino.














A cada alma le doy una vocación especifica, le asigno una misión que solo Yo se si está o no preparada para ello, y aunque esté preparada para ello, le otorgo Mi gracia para que no abandone lo que le pido. Pero también deseo que el alma Me ofrezca no solo obediencia o docilidad incondicional, deseo que aunque no entienda, o las situaciones le sean adversas, crea ciegamente que Yo intervendré.














Así, hijos Míos, se hicieron los grandes santos, porque creyeron a ciegas todo lo que el Cielo les encomendaba, pues ved que Santa Isabel elogió a Mi Madre no por ser Mi Madre, sino por haber creído ciegamente que lo que el Cielo le anunció se cumpliría, y por no creer, su esposo Zacarías fue privado del habla. Porque la fe en Dios, hijos, abre tantas puertas que ya os dije que podría mover hasta montañas. La fe, hijos Míos, en Dios y en Mi Santa y Poderosa Madre. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.






AUTOR DEL MENSAJE: JESUS






FUENTE:http://yojesusoshablo.blogspot.com/

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