Oct 13_11 Amad vuestra misión como Mi Hijo amó Su Cruz. |
Rosario vespertino Temas:
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V. Ofrecimiento, Habla Dios Padre. Sobre: La purificación se está dando ya, no es manifiesta todavía como quisierais verla ya, pero vais sintiendo el cambio. (Lenguas…) Mis pequeños, es Mi Amor quien os reúne, es Mi Amor el que os quiere llevar a la santidad de vida, es Mi Amor el que quiere vuestra perfección y bajo hacia vosotros, estoy entre vosotros y quiero esto, Mis pequeños, para que vosotros os vayáis acostumbrando a convivir con vuestro Dios. Os asombraríais, Mis pequeños, saber cómo es Mi Bondad, cómo es Mi Misericordia, cómo es Mi Amor hacia vosotros y cómo os quiero unir Conmigo, con vuestro Dios y Señor, con el Amor Infinito. Mis pequeños, vosotros vivís para Mí, vosotros vivís para el Amor, vosotros estáis destinados a la unión íntima Conmigo y eternamente, Mis pequeños, porque sois parte de Mí, que Soy El Eterno. Si vosotros realmente vivierais Conmigo y vierais cómo Me derramo, en Mi Amor continuamente, vosotros debierais igualarMe, ciertamente a vuestro nivel, porque sois pequeñitos, pero estáis en la Tierra para eso, Mis pequeños. Mi Hijo os enseñó a derramar Mi Amor, sobre todos los hombres, lo hacía de persona a persona y lo hacía en oración hacia toda la humanidad y de todos los tiempos. Vosotros os distraéis demasiado y perdéis demasiado de Mi tiempo porque estáis en la Tierra para servirMe. Os embebéis en cosas que no tienen importancia; si al menos hicierais lo posible para salvar a un alma cada uno de los días de vuestra vida sobre la Tierra, eso sería ya un gran regalo para Mí, vuestro Dios. Podríais salvar, al menos, a un alma con vuestra oración, con vuestra donación, con el estar Conmigo, con vuestro Dios. No aprovecháis el tiempo que Yo os he dado de vida para servirMe y lloraréis ése tiempo desperdiciado cuando regreséis a Mí, porque pudisteis haber hecho tanto por Mí y por vuestros hermanos, pero no os dais cuenta de lo que perdéis, porque no queréis estar Conmigo plenamente. Vosotros os debéis donar a Mí, como Mi Hijo Jesucristo se donó, Él vino a servirMe y a aceptar Mi Voluntad en Su Vida. ¡Cómo amo a las almas que se donan a Mí plenamente!, y las lleno de Bendiciones y regalos espirituales, porque sé que ésas almas, lo que están recibiendo, también lo donarán. Sé que ésas almas aprovecharán todo lo que Yo les mande como crecimiento espiritual, porque ellas se han dado perfectamente a Mí para salvar a sus hermanos. Es el Amor, Mi Verdadero Amor, el que debe mover vuestras vidas, a vuestro mundo y al universo entero. Si vosotros apreciarais realmente lo que es Mi Amor, anonadados quedaríais. Ciertamente no os lo doy en totalidad y quisiera que vosotros gozarais en totalidad Mi Amor, pero no lo apreciaríais, por eso os lo voy dando como con gotero, gota a gota, que vaya cayendo Mi Amor sobre vosotros. En algunos caerá más rápido ésa gota, en otros más lento, de acuerdo a como abráis vuestro corazón a Mis deseos y al como actuéis vosotros, aceptando Mi Voluntad en vuestra vida. Por Mi Amor debe venir este cambio que tanto os he prometido y al que os he ido preparando. Las almas obedientes, las almas que están Conmigo, que atienden a Mi Llamado que, aunque no ciertamente se hayan dado en totalidad por Mí, pero que saben reconocer el Llamado de su Dios, son las almas que gozarán más este cambio y que aceptarán Mi Voluntad durante la Purificación de los nuevos tiempos por venir. Me da tanta lástima, Mis pequeños, por todas aquellas almas que, aún teniendo la oportunidad del cambio, porque estoy permitiendo que de una u otra forma Mi Llamado llegue a todas las almas de la Tierra, no lo quieren aceptar. ¡Qué tristeza Me da por éstas almas!, porque están llamadas a vivir en Mi Reino, a llenarse de riquezas espirituales y aún materiales que Yo concederé a las almas que Me sigan, pero prefieren estar en lo suyo, prefieren lo que ellas hacen y a lo que se dedican y desconfían de Mi Llamado. Pobres almas que están perdiendo tesoros infinitos. Cómo quisiera, Mis pequeños, que vosotros siguierais al Pastor Eterno, con ésa confianza como el de las ovejas, que escuchando la voz del pastor le siguen, sabiendo que les lleva a lugares en donde pueden comer y descansar sin ningún peligro. ¡Pobres almas Mías que no quieren escuchar al Pastor y entonces viene el lobo y las destroza!, el demonio está al acecho, el demonio no os ama, el demonio destruye la espiritualidad que os iba a dar la salvación eterna y él os lleva a la condenación eterna. Mis pequeños, la purificación se está dando ya, no se manifiesta todavía como quisierais verla ya, pero vais sintiendo el cambio. Poco a poco estáis sintiendo la recuperación de lo espiritual, vosotros, los que estáis Conmigo. Vuestra alma va dejando el mundo, vuestra alma se va acercando más a Mí, ya no os interesan tanto los bienes del mundo, os gusta estar Conmigo, os gusta la oración, os gusta hablar de Mí, os gusta leer cosas bellas que os hacen crecer espiritualmente y os aburre ya lo que es del mundo. Mi Santo Espíritu ya está actuando en vosotros, de un tiempo para acá os está preparando para lo bello que os he prometido, que es el banquete celestial con vosotros, ya, de antemano, vais gozando poco a poco de Mi Presencia en vuestro ser. Yo Soy así, Mis pequeños, Yo Soy Sencillo, os voy moviendo poco a poco, voy respetando vuestro libre albedrío. No Me impongo, permito que vayáis entendiendo poco a poco Mi Dulzura, Mi Amor en vuestro ser y de esta forma no os asusto. Vosotros vais tomando de Mi Alimento, como el primer alimento que van tomando los bebés, un alimento suave, un alimento que no le cae pesado al bebé y que lo va aceptando su ser para alimentarse y alimentarse correctamente. Así vosotros estáis recibiendo lo Mío, no os he presionado, como satanás lo hace, que hasta os encadena y os quita la libertad, Yo, en cambio, respeto vuestra libertad, respeto vuestro libre albedrío y os doy la oportunidad de escoger lo Mío o rechazarlo. Ciertamente, cuando escogéis estar Conmigo, Me alegro grandemente porque sé que cuento con un alma más a la que puedo llamar “Mi hijo”, quiero muchos hijos en la Tierra, hijos, como Mi Hijo Jesucristo, que acepten Mi Voluntad, que vivan en el Amor, que transmitan el Amor, que se den unos por los otros para ayudarse en su salvación eterna. Ciertamente las almas que no quieren aceptar Mi Voluntad, vendrá hacia ellos un llamado más fuerte pero, aún así, respetando su voluntad y su libre albedrío y sin asustarles, aunque sí será de gran sorpresa para éstas almas que alejadas de Mi Amor están. Orad, vosotros, los que estáis Conmigo, para que se dé éste cambio ya, Mis pequeños, un cambio que Yo deseo de todo corazón, porque quiero ya estar entre vosotros, para que os reunáis alrededor Mío, para que recibáis Mis Caricias, Mis Besos, Mi Amor. Dejad que el mal se vaya destruyendo poco a poco porque, vosotros, al estar Conmigo, él ya no tendrá vida, porque al no tener a quien atacar y quien le haga caso, poco a poco se eliminará, satanás no puede contra Mi Amor, llenaos con Mi Amor y él se apartará de vosotros. No le deis cabida a satanás en vuestra vida ni en éste mundo, porque vosotros debéis vivir en Mi Amor y sembrarlo en los corazones de vuestros hermanos como Mi Hijo Jesucristo lo hizo. Este es vuestro tiempo, un tiempo Divino, en que vosotros estáis actuando para que sea Mi Voluntad en todo lo creado. DadMe todo vuestro ser, dadMe vuestra vida entera, y Yo os daré otra vida que vosotros aún no conocéis, pero cuando la tengáis, no sabréis cómo agraecerMe tantas bellezas, tantas Gracias y Bendiciones que derramé sobre cada uno de vosotros. Os amo, Mis pequeños, y os bendigo para que estéis siempre en Mi Corazón. Gracias, Mis pequeños. |
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