El GRAN AVISO probará que Dios existe

Miércoles 22 de junio del 2011 a las 19:00 hrs.

Mi muy querida y amada hija, fuerte ahora, habiendo soportado la peor prueba hasta el momento, te moverás para impartir Mis urgentes súplicas al mundo entero.

Ellos, Mi amados hijos, necesitan saber que cuando venga pronto, ellos vendrán cara a cara a Mí. Cuánto añoro mostrarles que realmente existo y cómo espero la alegría de sus caras, cuando presencien Mi amor y misericordia.

Pero muchos de Mis hijos, van a caer y a llorar lágrimas de alivio. Lágrimas de alegría y felicidad. Lágrimas de maravilla y amor. Porque, al fin, será posible vivir una nueva vida después de esto, donde todos podrán seguir la verdad de Mis enseñanzas.

Mis hijos no se darán cuenta del significado de este Gran Acto de Misericordia, el más grande don, jamás otorgado a la humanidad, dese Mi Crucifixión. Porque será a través de este don del GRAN AVISO, que los ojos de los hombres finalmente, se abrirán a la verdad de su total existencia, en esta Tierra y más allá.

Aquellos que están vivos en este mundo, deben entender cuán privilegiados son, al serles dada la prueba de la existencia de Dios, el Padre Eterno y de Mí, Su Amado Hijo, aunque esté más allá de su comprensión.

Después del GRAN AVISO no regresen a sus antiguos caminos
Les urjo a todos ustedes, a que cuando hayan visto Mi presencia y les haya mostrado cómo el pecado, no solo Me ofende, sino que les impele para abajo del camino del infierno, que no deben regresar a sus antiguos caminos.

El período después del GRAN AVISO es crucial para la paz del mundo y su salvación. No rechacen este don, abrácenle con ambos brazos. Permitan al GRAN AVISO traerles como uno en Mí. Cuando hagan esto y recen por guía, serán recompensados con el Nuevo Paraíso en la Tierra, donde no les faltará nada.

Regocíjense. Escúchenme. Atiendan Mis mensajes y permitan a Mi amor que los envuelva hacia Mi glorioso Reino.

Les amo a todos. La próxima vez que sientan una puñalada de amor en su corazón, por otro prójimo, recuerden que este don proviene de Mí. Sin amor no hay vida.

Su Divino Rey de Misericordia, Jesucristo, Hijo de Dios, el Padre Eterno