martes, 22 de marzo de 2011

Yo amé a Mis criaturas infinitamente






Yo amé a Mis criaturas infinitamente











Quien ama de verdad se sacrifica por la persona amada y su sacrificio no supone tanto, porque el amor que siente se lo suaviza.






Yo amé a Mis criaturas infinitamente. Todos Mis Sentidos, todos Mis Miembros, todo Mi Cuerpo, fue una inmensa llaga. Pero también mi alma se convirtió en una “llaga mística” por el sufrimiento que me producía ver con los ojos de Mi Divinidad, tanta mentira, tanta traición, tanta hipocresía, tanto mal, para sacar bienes en provecho propio y mezquinos.






Todo tan lejos de Mi Evangelio, todo tan opuesto a Mi doctrina. Tanta deslealtad me torturaba inmensamente el alma, y lo que padecí en Mi Cuerpo, no era nada con lo que padecí en Mi Espiritu.






Mi Getsemaní fue perpetuo. Una mirada al correr de los siglos y ver tanto mal y tanto bien desperdiciado, malogrado, Me llenaba de tortura. Mi Madre lo sabía, sabía que mis sufrimientos eran interiores, mucho más dolorosos que los que tendrían exteriores. La tortura, la sed, la fiebre, la flagelación, la cruxifición, no eran nada comparadas con las penas interiores morales que Yo sentía.






Pero vosotros creación Mía, teníais que ver sensiblemente la inmensidad y grandeza de Mi Amor, y así con todas las torturas que padecí en Mi Sagrado Cuerpo, os daba una gran lección de amor, como nadie jamás os la dio, ni os la dará. Yo el Cristo, el Mesías anunciado por tantos años a los Patriarcas, Yo vine a la tierra a padecer desde el primer instante y volvería a hacerlo, si posible fuera, porque por la salvación de las almas, todo merece la pena.






Pero busco a almas que hagan lo que Yo ya no puedo volver a hacer. Busco “cristos terrenales” almas victimas, almas que se inmolen por el bien de otras almas, así, Yo vuelvo a inmolarme en esas almas, que unidas a Mi, se ofrecen junto Conmigo por los pecadores y los sacerdotes.






Esas almas Me dan mucha gloria, incluso aun antes de ser aceptadas, porque su deseo de padecer por el bien de Mi Cuerpo Místico y su celo apostólico, hacen que ya Me glorifiquen, y Me resarzan de tanta traición e hipocresía de almas que tendrían que serme fieles, y ser ejemplos del bien.






Aquellas almas que se Me ofrecen Yo las acepto y las llevo de Mi Mano Divina, a altas cotas, para que ese ofrecimiento sea mas eficaz y fructífero. Son mis “cristos terrenales”, mis otros Yo, que escondidos en una vida cotidiana y sencilla, son reflejos Míos y están bajo la mirada complaciente, de Mi Padre Celestial.






Soy Jesús de Nazaret quien os habla, ¡Oídme, almas queridas!






AUTOR DEL MENSAJE: JESUS










Dictado del 31-8-07






FUENTE:http://dadmedebeber.blogspot.com










Consagración a la Santa Faz






¡Oh Faz Adorable de Jesús! ya que has querido elegirme de manera especial para entregarte a mi, vengo a consagrarme a Tu Santa Faz. Me parece, Jesús, oír que me dices: Mira Mi Faz dolorida e inflamada por los golpes y bofetadas. Mírala toda sucia por los salivazos, la Sangre y las Lágrimas.






Mi alma comprende tu dolor, y quiero enjugar tu Dulce Faz y consolarte del olvido de los malvados. A sus ojos, Tú estás todavía escondido, Te consideran como objeto de desprecio, no así mi corazón.






¡Oh Faz! más bella que los lirios y las rosas de primavera, Tú no estás escondida a mis ojos. Las lágrimas que velan tu Mirada Divina, me parecen diamantes preciosos que quiero recoger, para con su valor infinito, comprar las almas de mis hermanos.






De Tu Boca Sagrada ha salido la amorosa queja: ¡Tengo sed! Y sabiendo que la sed que te consume es una sed de amor, quisiera, para poder apagártela, poseer un amor infinito. Por eso, Faz adorada y amada por mi, hoy me consagro a Ti para Tu consuelo y para convertir en perlas, todos los salivazos, arañazos y golpes, que recibiste.






Rostro amadísimo de mi corazón, incrustado en mi memoria, si tuviera el amor de todos los corazones, todo ese amor sería para Ti. Pues bien, dame Tu ese amor y ven a apagar Tu sed en el de tu pobre siervo.






Señor, tengo necesidad de Ti, para que por Ti y con tus gracias, podamos iluminar a multitud de pobres pecadores, entre los cuales, yo me cuento. ¡Oh Faz Adorable!, Tú eres el verdadero, el único amor de mi corazón.






¡Oh Faz Adorada de Jesús! Mientras espero el día eterno en que contemplare esa Faz tal cual es y que tanto me atrae, mi único deseo es contemplar ese Divino Rostro constantemente. Solo Tu Faz es mi cielo y mi anhelo permanente. Que esta consagración a Ella, Te resarza del beso de Judas y de todos los traidores del mundo. Así sea.

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